martes, 18 de octubre de 2011

Dormir como experiencia novedosa


Cada vez más hoteles del mundo apuestan por ofertas extravagantes para atraer huéspedes. Estas propuestas hoteleras tienen algo en común.

Hotel Q Sation Retreat
El hotel “Q Station Retreat” era una estación de cuarentena en Sydney donde, entre 1830 y 1984, barcos cargados de inmigrantes eran mantenidos en cuarentena para proteger a la comunidad local del posible contagio. Hoy en día, y luego de una importante inversión, se ha convertido en un Hotel de cuatro estrellas, que ofrece como distintivo, este pasado histórico peculiar. El turismo en sitios históricos ha pasado de la visita diurna a los hitos consagrados a vivir la experiencia del espacio histórico en sí.

Otro de estos ejemplos es el “Null Stern Hotel”, que fue originariamente una instalación artística dentro de un bunker antinuclear y que hoy en día es el primer No-Stars Hotel, un hotel cero estrellas que ofrece alojamiento ecológico de lujo.
Null Stern Hotel
Siguiendo estas tendencias, cuyo pionero fue el “Jules Undersea Lodge” en Florida, los hoteles bajo agua se han extendido a diversas latitudes y tienen pares en sitios como Suecia, pequeñas cabañas medio-sumergidas del “Utter Inn”, ó émulos de lujo como el “Poseidon Undersea Resort” en Fiji, o el “Hydropolis” en Dubai, aún en construcción.

Jules Undersea Lodge

Utter Inn Hotel









Poseidon Undersea Resort
Hydropolis











Ya se trate de sitios construidos de hielo, como el “Ice Hotel” de Suecia, o Quebec, o con bloques de sal, “Hotel Luna Salada” en el salar de Uyuni, Bolivia; la pauta es precisamente transgredir las reglas del modelo clásico de hospedaje. El desafío es proponer al turista una experiencia única, diferente y cautivante.

Ice Hotel Quebec
Hotel Luna Salada











Es posible que estos nuevos productos apunten a ser un vehículo de experiencias. No es que el modelo hotelero clásico o tradicional se haya agotado, sino que es el turista quien ha multiplicado sus gustos, sus búsquedas y encuentra en lo exótico un vestigio de autenticidad.

Los conceptos de descanso y confort, aunque sean tenidos en cuenta en muchas de estas opciones, ya no son su tema central. El eje de este tipo de consumo es experimentar, la búsqueda de sensaciones, la anécdota. Haciéndose eco de las tendencias del mercado, los hoteles utilizan la extravagancia como forma de distinción, como valor agregado para atraer clientes.